miércoles, 25 de abril de 2012

Tú.

Tu sonrisa.
Tan hermosa, tan peculiar, tan deseable. 
Me gusta que me sonrías, porque me hace sentirme bien conmigo misma, me hace sentir en paz.
Tu voz, tan suave y clara. 
Mis oídos desearían oír un ''te quiero'' de esa voz tan hermosa proveniente del dueño de mi mente.
Pero, para qué engañarme, tú aspiras a más, no a una simple quinceañera que sueña con besar tus hermosos labios, con captar tu atención, con ser algo mínimamente importante para ti.
Pero eso está muy lejos de mi alcance.
Así que, seguiré soñando, en silencio, mientras tú, sin saber nada, me sonríes, provocando una extraña sensación que recorre todo mi cuerpo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario